Dave Holland en el Montecarmelo - 26-sep-2006
Es ya sábado y han pasado varios días desde el concierto de Dave Holland y al comenzar a escribir no estoy seguro si podré describir lo sucedido la noche del martes recién pasado: con un poco de frío nos tocó en esta noche primaveral al aire libre en el Montecarmelo, un poco de apretujamiento al entrar y los asientos que no son de lo más cómodos, pero al fin cuando llegaron estos 5 destacados se me pasó todo el frío y la incomodidad y la emoción se apoderó de mi como es usual al sospechar lo que ocurriría después.
Dave Holland con el micrófono inciando la presentación con toda sencillez dando las gracias al úblico por asistir y declarando que es su primera vez en Chile, diciendo de qué disco es tal o cual tema, dándole los créditos a cual de sus músicos lo compuso y a tocar como los dioses, comenzando con Steve Nelson en vibráfono y marimba y sus exploraciones por toda la gama melódica y armónica acompañado de Dave Holand en el contrabajo que con respeto lo acompaña dándole la base en conjunto con el baterista Billy Kilson, para luego una y otra vez dejar el paso a ese estupendo duo de trombón y saxo que conjuran Robin Eubanks y Chris Potter, dejándose el paso en cada tema, a veces comenzando el trombón también explorando por las notas graves aveces suaves aveces grotescas aveces graciosas de su sonido característico con toda agilidad como si fuera una trompeta lo que escuchabamos, siguiendo entonces el saxo que de lo tradicionalmente melódico del instrumento hizo Chris Potter salir sonidos guturales, agresivos, saturados cambiando completamente el sonido de un saxo normal y cambiándome la visión que yo tenía de Chris, y todo el rato viendo a Dave Holland como un viejo amable sonriendo ante la maestría de sus músicos y soñando mientras la música lo acompañaba y nos acompañaba.
Hubo momentos en que la emoción me exedía haciéndome saltar del asiento acompasándo al ritmo de lo que ocurría allá adelante, otros en que me hizo saltar más de algún ooohhh, aaahhh o eeehhh, y otros más aún en que el público estallaba en aplausos.
Un bello concierto que cada vez más me hace pensar más acerca de la imposibilidad de la música envasada como elemento de comunicación real de la emoción vivida a través de la música.
Los dejo con un trozo de lo que fue uno de los últimos temas, en que le tocó el turno de solo al baterista Willy Kilson, y donde se aprecia cómo Dave Holland acompaña y deja tocar a sus músicos con toda sencillez y donde se aprecia el magnífico duo que hacen Robin Eubanks y Chris Potter. Sorry por el corte final inesperado.