Anduve un poco fuera de las pistas blogeras, luego de un viaje de vacaciones a nuestro vecino Perú, partiendo por un día en Lima desde la bella San Isidro visitando el centro histórico para enterarme de los excesos de la religión católica exhacerbada por los españoles hasta el borde de la locura torturas de la Inquisición incluídas y las riquezas enormes del virreynato y como no la deliciosa comida peruana en el Astrid y Gastón, saliendo desde Lima a Nazca en jeep para ver las enigmáticas líneas en la pampa desierta, subiendo desde Nazca hasta Cusco, 660 km en 14 horas, toda una experiencia desde la costa desértica al verde altiplano sobre 4500 metros para luego pasar al otro lado de la cordillera con los ríos enormes que transitan hacia el gran Amazonas, subiendo y bajando una y otra vez de 4000 a 1000 metros hasta llegar a Cusco y su Coricancha que una vez estuvo recubierta de oro y los templos hoy convertidos en catedrales y la ciclopea Sacsayhuaman, e ir al Valle Sagrado de los incas con sus cumbres glaciales, como corresponde visitar Macchu Picchu en el comienzo de la selva amazónica y escuchar y ver "la plata torrencial del Urubamba" y continuar los enigmas de la antigua América, regresar esta vez en avión a Lima y visitar el Museo Larco con su enorme colección de cerámicas pre-colombinas, y claro, la buena mesa y La Noche de Barranco para escuchar un poco de música en vivo (lástima que no era lunes, que es día de jazz), hablar con la gente acerca de las elecciones y los de Ollanta y los de Alan y los de Lourdes, y Jaime Bayley diciendo en TV que en la segunda vuelta hay que elegir entre un loco y un ladrón, leer un par de libros del "arqueólogo de altura" Johan Reinhard y enterarme de sus teorías acerca de la adoración de los pueblos andinos pre-colombinos a las cumbres de los Andes, los Apus, según Reinhard tanto o más importante que su sabida adoración al Sol como lo certifican las momias que hasta en nuestro Plomo hubo, pues las cumbres traen agua, y siendo las culturas andinas agrícolas, el agua es vital, en sus libros leo explicaciones más o menos coherentes para estos dos misterios: Nazca y Macchu Picchu, y me falta leer otro acerca de las momias de Ampato y el Llullaillaco. Todo un paseo de sabores, olores, visiones, audiciones, misterios, ideas, encuentros y desencuentros y más preguntas que respuestas. Lo que yo llamo un viaje completo. Estuve buscando música que no conociera y me compré algunas cosas, pero todavía no las he escuchado como para ponerlas acá. Ya vendrá eso.
¿ y entonces qué música pongo que le venga a esta historia ? Bueno, se me ocurre que el disco Site Anubis de Paul Schutze con su agrupación Phantom City, que trata acerca de una ciudad destruída y que siempre me ha parecido un disco misterioso viene al caso, así que me dispongo. Dice en el disco:
That morning a report came in from an unmarked helicopter somewhere over the city. The waters were subsiding and the smoke from a thousand fires had begun to drift inland revealing an impossible new structure. Towering some eight hundred feet over the gleaming devastation of the streets , its base occupying an entire city block, was a colossal black basalt figure. The body was male and human, - the head, which stared expectantly toward the boiling western horizon, was the head of a jackal.
From the air it was clear that the pattern of destruction on the ground was radial and that the massive figure was sited precisely at its centre.
Bueno, más bien se trata de una Nueva York destrozada en el futuro por una figura gigante de basalto del dios egipcio Anubis que de Macchu Picchu, pero quién sabe como verían los andinos a los españoles desde sus ciudades de piedra o barro adornadas con oro en honor al sol, que con su "destrucción de idolatrías" y esclavizamiento en busca del oro y metales preciosos dejaron un continente en deuda perpetua o por lo menos hasta hoy. El tema que pongo es el primero del disco y se llama "Future Nights". Se destacan claramente (o quizás oscuramente) la guitarra de Raoul Bjorkenheim y el bajo acuoso de Bill Laswell, y se puede adivinar y sentir y vivir un viaje misterioso en una ácida selva de cemento entre los persistentes ritmos de bajo acompañados de metálicos sonidos de batería unidos a los destellos de guitarra que nos hacen participar del trance mítico del inicio de la destrucción de esta ciudad que una vez fue el centro del universo conocido.
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Tiene reminiscancias de Weather Report en I sing the body electric, algo de Miles Davis, quizás hasta un poco de Pink Floyd en sus primeros tiempos, y claro, algo de Can. Lamentablemente solo hay 3 discos de esta agrupación y ya he escuchado dos: Site Anubis y Shiva Recoil. Alguien por ahí ha dicho que se trata de "jazz cósmico", otro dice que es "dark ambient", y claro, todo ello ayuda entender, pero para realmente "entender" hay que escuchar atentamente sin hacer nada más que escuchar, y dejarse llevar pero no irse en sus propios pensamientos, manteniendo la atención en lo que me ocurre con la música. Si, como meditando.
